El arroz ya está guisado
entre la mesa y manteles,
con el vino embotellado
asomando los bisteles.
La gana que empieza en broma
recoje pronto a la gente
y cuando el vino se toma
anima el ambiente,
que empezó como una broma.
Se encuentran tantos amigos
para comer el guisado,
que son los fieles testigos
de la mesa que han formado.
Arroz con picante y ajo
cocido sobre el butano
que se comen sin trabajo
en la sierra o en el llano.
Vendigo en la paz que empieza,
esta comida al progreso
que al santo nombre se resa
y al Señor le doy un beso.
Antonia Gordo
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